martes, 5 de marzo de 2013

Deshoja unas vacaciones

Evolución de las vacaciones según se va deshojando el calendario:



Primera semana:  "Hace poco que volvimos de un viaje, todavía nos dura la energía.  Por otro lado, qué inteligentes que somos!!! Si contamos con la posibilidad de tener pileta, jardín y etcéteras, es una tontería irse de vacaciones ahora.  Para qué pagar todo tan caro, correr después de la locura de diciembre para llegar más cansado todavía a las vacaciones; todo para aterrizar en un lugar que seguramente esté más lleno que Florida y Córdoba un miércoles al mediodía.  Por otro lado la ciudad se vacía, llegamos rapidísimo a todas partes, no hay tránsito, no hay filas en el super ni en ningún lado, los jefes están de vacaciones y nadie nos controla (en realidad casi nadie nos controla ahora ni a Facundo ni a mí, pero bueno, la cuestión era seguir sumando beneficios de no tomarse vacaciones).  Y lo mejor: nos tomamos vacaciones después cuando los demás están hasta la coronilla y acá no se puede hacer uso de la pileta, ni del jardín, ni de la fila vacía en el super.  Si, si, a la mayoría de la población le falta un tornillo y nosotros descubrimos la pólvora y los fuegos artificiales, todo en el mismo día"


Segunda semana:  Seguimos siendo gente muy inteligentes; sin embargo admitimos que nuestro brillante plan necesita algún que otro ajuste.  MC se cansó un poco de la pileta, ya sabe tirarse de cabeza, de bomba, de palito, de panza, de cola, de "onda me estoy escapando de un incendio".  Extraña a sus amiguitos.  Nos ponemos en contacto con otra mamá y sendo hijito y como el tiempo esta lindo y ellos no pueden acercarse hasta donde estamos nosotros, decidimos volver a la civilización (alias, donde vivimos el resto del año) y encontrarnos en nuestra querida plaza de siempre.  Al final plaza y playa difieren sólo en una letra, así que tanta diferencia no debería haber.  Todo hermoso hasta que una señora muy paqueta viene como tromba al banco donde estábamos sentadas la otra mamá y yo observando jugar a nuestros retoños, buscando "asilo político" ya que momentos antes habían intentado asaltarla.  Raudamente recogemos carteras, jueguetes, niños; y adiós plaza, juegos, amiguitos y tranquilidad.




Tercera semana:  Nuestro plan sigue siendo bueno, salvo que olvidamos un pequeño detalle:  ¡el calor!  Ahhhhhhh, era por eso que desde hace dos o tres generaciones la gente sale de vacaciones en verano.




Cuarta semana: Ya tenemos el cerebro frito en manteca de tanto calor, la nena insoportable, y los padres más aún...  "Y si nos vamos unos días afuera..."




Pero al menos no podemos decir que no aprendimos de nuestra propia experiencia por qué uno se va de vacaciones en verano (siempre guardándose algunos días para volver a escapar en plena vorágine).